viernes, junio 09, 2006

Siempre hay mil soles en el reverso de las nubes...

El reencuentro

Al final llegó el día!!! Había pensado durante los últimos dos meses, desde aquella tarde en la que Don Filemón me había prometido visitar el campo que se encontraba al sur de Colombia. Hacía ya varios años, a pesar de mi corta edad, que no salía de vacaciones, desde aquel día en que mi padre fue despedido de la fábrica y al ser despedido de ella fue como si se hubiese despedido de mí. Pobre papá!!! Desde aquel día su vida se ha vuelto monótona y pasa los días recordando lo que en un tiempo fue.
Lo cierto era que yo, a pesar de todo lo entendía, seguramente no es fácil depender del mínimo sueldo que gana mamá por pasar 12 hs diarias trabajando de mucama en la casa de una familia millonaria, que vivía un pueblo más adelante que el mío.
Y casi sería la hora, Don Filemón llegaría y juntos emprenderíamos un lindo y esperado viaje. Tamara, mi hermana mayor, me había preparado el equipaje con dos mudas de ropa limpia ya que solo pasaría una noche allí, pero estaba seguro que la dosis de alegría sería tal, que compensaría todos estos años sin un pequeñito viaje.
Ahí estaba!!! Lo recibí con un fuerte abrazo, el entusiasmo nos rodeaba a ambos, y las ganas de partir era evidente.
-cómo andas Raspustín? Así me llamaba por el duende del cuente, aunque mis travesuras superaban toda historia conocida hasta el momento...
-¿Has preparado todo lo necesario, verdad?
-Claro que si, absolutamente todo.
-Por fin te reencontrarás con el...Seguramente tendrán mucho de que hablar, así que ya le pedí a los peones que me preparen mi caballo, saldré a dar una vuelta por los alrededores, así tendrás un tiempo de intimidad muchacho!
Don Filemón siempre fue muy compinche conmigo, el si que es todo un
AMIGO!
Emprendimos viaje, seriamente Don Filemón conducía con precaución y mi imaginación se expandía junto al rayo de sol que chocaba mi frente.
Hacía tanto tiempo no lo veía, ha guardado muchos secretos, muchas ilusiones, y me ha acompañado varios kilómetros, siempre junto a mi...Me pregunto si estará feliz de volver a verme.
Aquel río que me acompañó en tantos momentos, seguramente allí estaría, siempre le he recordado que siempre hay mil soles en el reverso de las nubes.