Tal vez la mirada que se le de hoy, 25 de mayo del 2007 sea mas acertada que años atrás o no, a la revolución que hizo historia en 1810. 
Es común presenciar los actos patrios, los discursos mal logrados, los reiterados avatares del gobierno, que año a año se adaptan sin más trasfondos para afrontar la conmemoración de un movimiento, que vaya si tuvo connotación histórica en la Argentina.
La revolución de mayo, comúnmente llamada, fue la culminación de las ideas revolucionarias, del iluminismo y con aires de cambio que surgieron frente al avasallamiento de un gobierno colonial, dependiente de la monarquía española.
Podemos considerar, el primer movimiento que surto de coraje al pueblo, luego de arremeter a las tropas inglesas, que invadieron Buenos Aires, por el Río de la Plata.
El atrevimiento de Castelli, que sin más cuestionamientos, presionaba al virrey para la convocatoria de un cabildo abierto. El apoyo de Leiva, la participación de Rodríguez, y el amparo de Moreno contrarrestaban la retórica de los peninsulares.
El pueblo estaba emancipado. La independencia de los EE. UU les dio a los criollos una visión posible de la revolución, de poder ser a través de ésta, al fin libres.
Cómo bien dijo Castelli “El pueblo es el origen de toda autoridad y el Magistrado no es sino un precario ecónomo de sus intereses”.
Las ideas de la Revolución francesa, el iluminismo que de a poco iban asomando en el sur, y la declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano, le dieron un marco importante, ya que se replantearon las necesidades que padecían bajo el poder elitista, de una monarquía autocrática y farsante que se descosía de la Gran Europa.
La influencia de las ideas hispano- indianas surgidas desde el descubrimiento de América avaladas por doctrinas, que cuestionaban el derecho absoluto del Reino de Castilla sobre las Indias.
Todos estos pensamientos, ideologías, y corrientes, fueron claves para el desarrollo de la tan recordada Revolución de Mayo de 1810.
Quizás nos preguntemos si todavía estamos a tiempo de revertir la situación que nos esta conduciendo a ser colonia del imperialismo que actualmente prevalece en el mundo.
Posiblemente la conmemoración de ciertas fechas, tenga una funcionalidad, y practicidad que está más allá de leer un discurso que solo recuerde hechos pasados.
¿Acaso, no seria conveniente recordar la historia como hechos paralelos a nuestra actual situación? A veces las metáforas no son tan locuaces, y los poemas no tan utópicos.
Las diferencias van a arremeter el 25 de mayo de 1810, de 1930, de 1976 y del 2007 y seguiremos contando si no proponemos un cambio, que nos provea de conciencia y coraje para poder enfrentar la tan temida impronta del más fuerte. Del tan consagrado imperialismo.
Es común presenciar los actos patrios, los discursos mal logrados, los reiterados avatares del gobierno, que año a año se adaptan sin más trasfondos para afrontar la conmemoración de un movimiento, que vaya si tuvo connotación histórica en la Argentina.
La revolución de mayo, comúnmente llamada, fue la culminación de las ideas revolucionarias, del iluminismo y con aires de cambio que surgieron frente al avasallamiento de un gobierno colonial, dependiente de la monarquía española.
Podemos considerar, el primer movimiento que surto de coraje al pueblo, luego de arremeter a las tropas inglesas, que invadieron Buenos Aires, por el Río de la Plata.
El atrevimiento de Castelli, que sin más cuestionamientos, presionaba al virrey para la convocatoria de un cabildo abierto. El apoyo de Leiva, la participación de Rodríguez, y el amparo de Moreno contrarrestaban la retórica de los peninsulares.
El pueblo estaba emancipado. La independencia de los EE. UU les dio a los criollos una visión posible de la revolución, de poder ser a través de ésta, al fin libres.
Cómo bien dijo Castelli “El pueblo es el origen de toda autoridad y el Magistrado no es sino un precario ecónomo de sus intereses”.
Las ideas de la Revolución francesa, el iluminismo que de a poco iban asomando en el sur, y la declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano, le dieron un marco importante, ya que se replantearon las necesidades que padecían bajo el poder elitista, de una monarquía autocrática y farsante que se descosía de la Gran Europa.
La influencia de las ideas hispano- indianas surgidas desde el descubrimiento de América avaladas por doctrinas, que cuestionaban el derecho absoluto del Reino de Castilla sobre las Indias.
Todos estos pensamientos, ideologías, y corrientes, fueron claves para el desarrollo de la tan recordada Revolución de Mayo de 1810.
Quizás nos preguntemos si todavía estamos a tiempo de revertir la situación que nos esta conduciendo a ser colonia del imperialismo que actualmente prevalece en el mundo.
Posiblemente la conmemoración de ciertas fechas, tenga una funcionalidad, y practicidad que está más allá de leer un discurso que solo recuerde hechos pasados.
¿Acaso, no seria conveniente recordar la historia como hechos paralelos a nuestra actual situación? A veces las metáforas no son tan locuaces, y los poemas no tan utópicos.
Las diferencias van a arremeter el 25 de mayo de 1810, de 1930, de 1976 y del 2007 y seguiremos contando si no proponemos un cambio, que nos provea de conciencia y coraje para poder enfrentar la tan temida impronta del más fuerte. Del tan consagrado imperialismo.
